Para poder ahorrar es necesario gastar menos. Es fácil decirlo pero si conoces bien en qué estás usando tu dinero, puedes empezar a detectar dónde puedes “apretar el cinturón”.

Ahora que la familia tiene nuevas necesidades, cambian las prioridades y los gastos. Si no llevabas un presupuesto, es hora de hacerlo; y si ya tenías uno, te aconsejamos rediseñarlo y ajustarlo a las nuevas condiciones familiares. Aquí te ofrecemos una planilla diseñada para que puedas elaborar tu presupuesto familiar de manera ordenada y práctica.

Una vez que tengas claridad sobre tus gastos en distintos ítems, identifica dónde y cómo puedes reducir el consumo y proponte una meta que puedas cumplir.

Manejar las deudas adecuadamente es fundamental para ahorrar. Lo más importante es tener claridad de cuáles son tus deudas vigentes, los días del mes en que debes pagarlas y así evitar cargos por mora.

Pregunta en tu lugar de trabajo si existe un fondo de empleado o algún mecanismo de incentivo al ahorro. En algunas empresas puedes pedir que te descuenten una cierta cantidad de dinero por nómina y destinarlo automáticamente al ahorro.

Si no tienes la posibilidad de hacerlo a través de la empresa donde trabajas, averigua en tu banco cómo puedes programar una transferencia mensual y destinarla a una cuenta de ahorro, depósito a plazo, fondo mutuo o algún instrumento financiero.

Averigua también en tu lugar de trabajo si existen seguros familiares de salud, podrás ahorrar mucho dinero en farmacia y doctores si tienes ese beneficio.

Si tienes algún ingreso extra a tu sueldo mensual, como bonos o aguinaldos, proponte ahorrar un monto en vez de gastarlo.

¿Qué porcentaje debes ahorrar de tus ingresos? Depende de ti, pero la recomendación es que sea al menos un 10% de tus ingresos. Si puedes más, mejor, porque te dará mayor independencia, tranquilidad y tendrás mayores probabilidades de cumplir tus proyectos.

El paso final, y el más importante, es convertir el ahorro en un hábito y comiences a inculcar estos hábitos en tus hijos.

¿Dónde me conviene invertir?

Para tomar la mejor decisión financiera, lo primero que debes hacer es determinar tu perfil de inversión. No hay un producto de ahorro e inversión mejor que otro, sino uno más o menos adecuado a tus necesidades, tus objetivos y tu personalidad. Por esto, antes de tomar una decisión considera tus posibilidades de ahorro, el nivel de riesgo que quieres adoptar y el plazo de tiempo en el que quieres recuperar la inversión.

Encuentra un buen instrumento de inversión. En el mercado puedes encontrar distintos productos con distintos niveles de volatilidad y riesgo, tales como acciones, bonos, depósitos a plazo, fondos mutuos, fondos de inversión, cuenta 2 de AFP, entre otros.

Antes de escoger uno, pregunta a tu banco todo lo que no entiendas. No firmes nada sin conocer en detalle las condiciones y comisiones.

Desconfía de promesas de rentabilidad extraordinarias. La rentabilidad y el riesgo siempre van unidos: si el producto le ofrece una expectativa de altos rendimientos, estarás asumiendo riesgos más elevados. Por el contrario, uno más conservador, tiene menor volatilidad y riesgo pero una rentabilidad más baja.

Diversifica: minimiza el riesgo invirtiendo de manera diversificada (en más de un tipo de instrumento, plaza, sector y/o moneda) e infórmate sobre las condiciones, acontecimientos del mercado y la manera en que influyen en los resultados de éste.

Una vez que hayas elegido un instrumento, hazle seguimiento y revisa si te está dando la rentabilidad esperada.

 

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